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Mostrando entradas de octubre, 2020

ADIÓS, NIÑO LOBO

Mi madre decía que al niño lobo la luna le traía sin cuidado, pero yo, por si acaso, las noches de plenilunio las pasaba en vela mirándole gruñir, durmiendo en la cama de al lado. Miedo no tenía, que él solo era un renacuajo y yo un mozo ya espigao , aunque algo de resquemor sí, porque desde aquel domingo que mi padre lo trajo a la casa no volvimos a saber nunca de mi hermana y mi madre ya no pudo pasar un día entero sin echar un lloro a cada rato.    Le llamamos niño lobo porque, además de criarse muy peludo y renegrío , mi padre lo encontró recién parido junto a una lobera y aullando como un animalico. A mí me extrañó mucho que siendo día de guardar se le antojase al hombre ir al monte a coger collejas con mi hermana, pero es lo que él nos dijo, y yo le creí. El caso es que al volver de misa nos encontramos al niño lobo desnudo y panza arriba junto a la lumbre y a mi padre calentando un barreño de agua y vertiendo leche con un embudo en una bota de vino. Entonces, mi madre se pus

CRÓNICAS IRRESISTIBLES

Yo jamás miro la hora, ni falta que me hace. Sé que es cerca de mediodía porque apenas hay sombra en las aceras; además, ya está abierto el parlamento y los viejos del pueblo han ocupado sus escaños en los poyetes de la báscula de la carretera, flemáticos y grises, como una especie de rinocerontes en peligro de extinción. A debate, la polémica decisión de la alcaldesa de no incluir en el programa de las fiestas de mayo la caldereta popular, por falta de cuartos, según ella, y la aprobación del gasto tope por cabeza para hacerle un regalo al Terencio por su cien cumpleaños. En el plano internacional, varios contertulios comentan la última desfachatez de Kim Jong-un, «el chino ese mantecoso», «es coreano, chorras». Todos creen saber lo que es un coreano, aunque por aquí no se haya visto a ninguno en persona.    El tráfico en este momento registra su mayor concentración en la entrada al municipio; llegan en caravana: el del pan, el hortelano y Nemesio el del correo, que cada día se ofrece